Todas las formas de arte toman inspiración entre sí. Los tatuajes no son la excepción. No importa el tipo de lienzo, los grandes artistas siempre son una fuente de nuevas ideas. Algunas técnicas o estilos que se usan en la piel, se pueden conseguir en la pintura o el grafiti. Ese es el caso del puntillismo o dotwork, que se traduce como trabajo de puntos.
Este tipo de tatuaje está inspirado por la corriente pictórica del mismo nombre. A finales del siglo XIX, artistas como el francés Georges Pierre Seurat, Paul Signac, Vlaho Bukovac y Henri- Edmond Cross, desarrollaron esta técnica. Fue parte del movimiento post impresionista o neoimpresionista.
La idea base era poder conformar una imagen empleando puntos, ligeramente separados entre sí. Esto genera la ilusión, cuando se observa desde determinada distancia, que la imagen es sólida. Pero al detallarla, se pueden apreciar los pequeños puntos que la componen.
Puntillismo en la piel
Los artistas de tatuaje se inspiraron por este efecto y lo llevaron a la piel. Se emplea el mismo principio creando formas, rellenos y sombreados con los puntos. Durante los últimos años ha ganado popularidad, no solo por mérito propio sino también gracias al buen acoplamiento que tiene con los tatuajes minimalistas y geométricos.
El puntillismo ofrece diversas ventajas y plantea ciertos retos en la realización de las piezas. Por una parte, puede ser menos doloroso para quien se está tatuando. Además, el proceso de curación es más sencillo y rápido. Esto se debe a que no se hacen líneas, sombreados o rellenos tradicionales.
De igual manera, esta técnica permite crear transiciones muy suaves, dependiendo de la intensidad y concentración de los puntos. Entonces, las piezas se integran en la piel con mucha naturalidad.
Ahora, por el lado de las dificultades se encuentra la precisión de los puntos, en especial cuando se crean los contornos de la imagen. También se deben utilizar materiales de calidad y tener un trabajo muy fino, para que el tatuaje envejezca sin perder su particularidad.
Por lo general, los tatuajes de puntillismo se hacen con tinta negra y con negro diluido. Igualmente es posible realizarlos a color, sea usando el mismo tono o combinando dos. Estas mezclas pueden integrar ambos colores por toda la pieza o crear degradados entre los tonos.
Inspiración para tu próximo tattoo de puntillismo
Lo primero que se piensa al decir puntillismo es en un mandala. Una conexión lógica, por lo mencionado anteriormente en cuanto a la relación existente entre esta técnica y las piezas geométricas. Además, la sutileza de los puntos genera un efecto muy etereo y “sin esfuerzo” en los mandalas, que complementa bien su intención. Un efecto similar se obtiene al realizar figuras geométricas, siendo las predilectas los triángulos.
Sin embargo, el dotwork se puede usar en todo tipo de imágenes. De hecho es una excelente manera de reinventar algunos clásicos. Por ejemplo, se pueden realizar motivos típicos del Tradicional americano, pero en lugar de rellenarlo como se haría normalmente, se emplean los puntos.
En ese sentido, cualquier imagen se puede elaborar con el puntillismo. Las formas humanas, los paisajes y los animales quedan particularmente bien. En especial cuando se realizan dentro de una figura geométrica, como pueden ser los círculos o rombos. Un artista habilidoso puede crear mucha textura, volumen e interés visual, con una apropiada distribución de los puntos.
Esta técnica también se adapta a diversas dimensiones. No solo se ajusta a la estética minimalista. Sino que, de igual manera, es un excelente complemento del blackwork o el tribal, es decir de aquellas piezas en las que predomina la tinta negra. El puntillismo puede cumplir la función del sombreado, sin perder la esencia del trabajo. De igual forma, le dan mayor dimensión e intensidad al diseño, evitando que se vea plano.
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