107 Tatuajes de cuervos (Con su significado)

Ver una bandada de cuervos puede resultar intimidante, pero no hace falta temerlos. Los cuervos no son los terribles monstruos que la gente cree. Estas incomprendidas aves representan mucho más de lo que aparenta a simple vista.

En primer lugar, el cuervo es conocido como un estafador, un pensador y un estratega. No hay una situación difícil en la que no se le ocurra una forma de escapar. Los cuervos nunca han sido tan respetados y venerados como en las tradiciones de los indios americanos. Para los haida y los kwakwaka'wakw, los cuervos son, tanto un dios creador, como un embaucador. El cuervo también es un guardián de secretos. Le han dado este título para reconocer la destreza mental del ave. Existen numerosas historias en las que el astuto cuervo utiliza su ingenio para derrotar a enemigos formidables.

El pueblo tlingit, del Noroeste del Pacifico, consideran que el cuervo es una de las antiguas deidades que iluminaron al Sol, a la Luna y a las estrellas y las sacaron del mundo de la oscuridad y la ignorancia. Esto puede interpretarse como que les llevaron sabiduría. Lo hicieron engañando a la gaviota para que abriera su caja de regalos. Por eso, gracias al cuervo, pudo comenzar el primer día. Esto ha sido interpretado, en algunos círculos, como que el animal trajo conocimiento a las tribus antiguas. En muchos cuentos, el cuervo puede transformarse en otro ser y, de esta forma, llevar a cabo sus trucos. Por este motivo, este animal es un símbolo perfecto para la transformación.

A través de la historia, los cuervos han ocupado puestos importantes en numerosos campos de batalla. Son carroñeros, y por lo tanto, están muy asociados con la muerte. De hecho, ver un cuervo en tu casa significa una muerte inminente según la creencia popular. Este concepto se convirtió en el punto principal de uno de los poemas más famosos de Edgar Allan Poe, El Cuervo. En él, el cuervo ofrece la oportunidad de comunicarse con su amada amante fallecida al protagonista del poema. Y, a su vez, le da la oportunidad de explorar sus propios miedos sobre la vida después de la muerte. El hecho de que los cuervos pasen gran parte del tiempo cerca de carne podrida hace que sean un mal augurio y predigan la llegada de tiempos peligrosos para muchos animales.

Para muchos, los cuervos son guardianes de las almas perdidas. Por ejemplo, para los suecos, los cuervos son los fantasmas de las víctimas de asesinato. Por su parte, para los alemanes, los cuervos son las almas de los condenados. Los cuervos fueron el primer símbolo de la diosa celta Morrigan, la reina de la batalla y la guerra. Este vínculo se debe al hecho de que solían aparecer en los campos de batalla de la antigua Europa. Por supuesto, aparecían buscando la carroña de los huesos de los soldados muertos. En la mitología nórdica, también encontramos esta leyenda. La hija de Odín, Valquiria, tiene el poder de decidir quién vive y quién muere en el campo de batalla. Las Valquirias a menudo eran retratadas dando vueltas en las batallas con cuervos a su lado.

Incluso el mismísimo Odín estaba siempre acompañado de dos cuervos: Huginn y Muninn. Uno controlaba el proceso del pensamiento, mientras que el otro supervisaba la intuición: la forma de funcionar más profunda de la mente o la memoria. Ambos eran el Google mitológico de Odín, ya que recopilaba información de todo el mundo y la llevaba a las manos del Padre de Todos. Pero Odín no fue el único dios que reunió información de esta manera. Los cuervos, junto con los cisnes, los halcones y los lobos, eran los mensajeros del dios griego Apolo. No obstante, una leyenda dice que perdieron su posición porque eran muy habladores.

De hecho, su naturaleza charlatana los ha metido en problemas en otras tradiciones folclóricas. Según los griegos, los cuervos una vez fueron aves completamente blancas. Sin embargo, fueron maldecidos por decir demasiadas cosas fuera de lugar. Sus plumas se volvieron negras como señal de su desgracia. También existe una versión cristiana de la historia. En la historia de Noé, después del gran diluvio, el cuervo no regresó con Noé después de ser enviado a buscar tierra seca. Y, como castigo de Dios, recibió sus plumas negras.

En las tradiciones paganas, los cuervos son como “familiares”. Es decir, animales que están vinculados espiritualmente a las brujas, como lo estaría un gato negro. Los paganos creían que, uniéndose a un poderoso espíritu animal, podrían conectar con la energía primordial de la Madre Naturaleza. Y, de esta forma, se convertirían en seres más desarrollados y fuertes. El cuervo también es un mensajero wicano y tiene la habilidad de moverse con facilidad y elegancia entre los reinos de lo físico y lo espiritual.

En Europa, ven a estas aves como guardianes y protectores muy unidos al dios galés Bran el Bendito. Según la leyenda, enterraron su cabeza en la Colina Blanca de Londres, bajo los ojos vigilantes de sus queridos cuervos. Lo hicieron para frustrar cualquier futura invasión a Gran Bretaña. El legendario rey Arturo fue el que cortó su cabeza, pero los cuervos no se movieron de su sitio. Y se dice que aquel sitio es donde se encuentra ahora la Torre de Londres. Mientras los cuervos permanezcan tranquilos en la torre, Inglaterra nunca será víctima de las fuerzas invasoras. No se sabe si hay algo de verdad en esta superstición. Pero, una cosa está clara; en su larga historia tras los días del Imperio Romano, Gran Bretaña todavía no ha caído en manos de invasores. Y sí, una bandada de cuervos todavía llama oficialmente “hogar” a la Torre de Londres.

El cuervo realmente es un todo-terreno. Se mueve durante el día, y lleva la vida y la muerte a los seres humanos mientras vigila el mundo que ha ayudado a crear. La personalidad de los cuervos es compleja y contradictoria, al igual que sus características animales.