Isabella Garm | 08 Abril 2024
Desde el principio de los tiempos, le hemos temido a la oscuridad. En las primeras etapas evolutivas de la humanidad, la noche era el momento en que podíamos recibir un ataque sorpresa de nuestros depredadores naturales. A medida que nos fortalecimos como especie, otras criaturas imaginarias ocuparon esas preocupaciones. Los monstruos, vampiros y fantasmas, llenaron los espacios poco iluminados.
Más allá de los temores, la falta de luz durante ciertas horas también limitó la cantidad de actividades que se podían realizar. Por ello, mucho esfuerzo se invirtió en crear fuentes de luz. En la actualidad es difícil comprender esto a cabalidad, a menos que tengamos un corte eléctrico.
Las velas cumplieron un papel fundamental en este proceso. Por mucho tiempo, fueron la principal fuente de iluminación después del anochecer. Incluso, eran un símbolo de estatus, pues no cualquiera podía permitirse los gastos de encender varias velas, todas las noches.
Hay algo muy romántico y nostálgico sobre las velas. Probablemente porque nos recuerda a siglos pasados. De la misma manera están asociadas a la luz que nos guia en momentos de oscuridad. Sea dicha luz, metafórica o no. Asimismo, la iluminación puede provenir de una fuente externa, como son la familia, los amigos, la religión o el conocimiento.
En cambio, otras personas buscan simbolizar que ellos mismos son la luz, que están dispuestos a guiarse a sí mismos, o a otros, a través de las dificultades y los problemas. Las velas, también se relacionan con la esperanza y con aquellos seres queridos que ya no están con nosotros. Esa llama encendida, nos habla de aquellas cosas que son eternas y que nos acompañan en todo instante.
Ideas y estilos más usados con las velas
Este diseño tiene un aire clásico, por lo que es común que se realice en el estilo Tradicional Americano. La estética propia del Old School, complementa muy bien la imagen de la vela encendida. Esta, puede estar en un candelabro o estar acompañada de otros elementos como flores o calaveras.
De igual manera, las piezas elaboradas en Realismo Blanco y negro, destacan por su simplicidad así como la intensidad y profundidad que evocan. Este estilo es preferido, cuando la vela se usa para simbolizar a una persona fallecida o cuando tiene connotaciones religiosas. Las velas ocupan un sitio muy importante en la iconografía cristiana.
Como mencionamos, la iluminación puede hablar de un despertar, de una nueva visión de la realidad. En ese sentido, es común ver piezas que incorporan un ojo a la vela. Una forma de comunicar que ahora, en presencia de esa luz, se puede ver con claridad una situación o una meta.
Que se haga la luz.
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