La definición de locura es relativa. Hasta finales del siglo XIX esta palabra hacía referencia a aquellos comportamientos que se encontraban fuera de las normas sociales. Y hasta cierto punto se sigue usando con esa intención.
Desde muy pequeños se nos inculca con mayor o menor éxito una serie de pautas sobre lo que es el “correcto comportamiento”. Cuando una persona se sale de esos parámetros de inmediato se la señala. Y muchas veces someternos a esas norma solo afecta nuestra libertad y autenticidad.
Cuando se habla de tatuajes para locos de remate nos referimos a todas aquellas piezas que por su composición, estilo, tamaño o tema no muchas personas se atreverían a realizarse. Pero en realidad hay que preguntarse, ¿quién tiene la autoridad para trazar la línea donde inicia la locura?
Si te gusta, hazlo. Más que preocuparse por las opiniones de los demás, debemos concentrarnos en lo que nos hace felices y entender que loco es todo aquel que no se comporte como los demás esperan que lo haga.
Ideas de tatuajes para locos de remate
Las imágenes terroríficas son un buen ejemplo de lo que se considera un tatuaje loco. Los monstruos, ojos gigantes, bosques tenebrosos o calaveras tienden a incomodar a algunas personas y por ello son piezas osadas. Las armas también entran en esta categoría de inquietar los límites de lo que se considera apropiado representar.
Hay tres estilos de tatuajes que seguramente se clasificarían con rapidez en la categoría de locos, aunque por razones distintas. Estos son el Trash polka, el blackwork y el surrealista. El primero puede llegar a parecer desordenado, pero en realidad está bien planificado. Combina elementos gráficos fuertes con trazos o manchas gruesas con imágenes silueteadas o figuras geométricas. Recuerda un poco a un grafiti y tiene mucho dinamismo.
El blackwork no deja a nadie indiferente. Comúnmente realizado en mangas, destaca por las combinaciones de figuras geométricas, líneas y bloques de tinta negra. Las personas que los eligen están tomando una decisión en extremo arriesgada con su cuerpo.
Es probable que el estilo más loco sea el surrealista. Esto se debe no tanto a su estética sino a las temáticas que presenta. Las imágenes tienen las características propias de un sueño o fantasía. Son extrañas e incoherentes. Se necesita de un cerebro creativo y diferente para pensarlas y apreciarlas. Un concepto complicado o ingenioso y una lluvia de ideas con tu artista, de seguro te ponen en camino a construir un diseño alocado.
No hay nada más surreal que la realidad. Salvador Dalí.